Las horas pasan, las revisiones matutinas llegan al igual que las buenas noticias. Esas que me dicen que pronto podré irme a casa.
— Todo está bajo control, conmigo ya tiene el alta lista. — me dice el traumatólogo.— ¿Qué hay del cardiólogo?— Tendrá que preguntarle a él. — dice el doctor y yo me limito a asentir.Nunca sabré que era realmente lo que hacía que cada doctor con una especialidad tuviera que tratarme, pero, ya solo queda el cardiólogo y el neurólogo. Por lo que, pronto podré marcharme de toda esta revisión demasiado angustiante y asfixiante. ‘Ojalá sea pronto, porque tal parece que este hospital se llenará de fiesta.’ Me digo mentalmente.— Cariño, ¿podrías ver la decoración? — pregunta mi madrina sonriéndome.— ¿Tan r