Mientras todos se peinaban, se arreglaban y se acomodaban lo que se tenían que acomodar, los pacientes novios estaban abrazados y sonrientes. Aldo no paraba de abrazar, besar y mirar a su hoy esposa oficialmente ante Dios.
- Señora Pellegrini…
- Dígame, señor Pellegrini…
- Aún no me mentalizo, pero creo que México es un buen lugar…
- ¿Cómo?
- No estoy acostumbrado a tanto tráfico, pero creo que es un buen lugar… Conozco Argentina, mi bella y fría Argentina, conozco Eslovenia y sus maravillosos castillos, conozco Italia y su fabulosa comida, conozco los Emiratos Árabes y todo su esplendor, siento que ya conozco México por lo que me has contado y las fotos que me has mostrado, pero…
- ¿Pero?
- Bueno, quiero conocerlo mejor, quiero conocer la ciudad, tu ciudad, quiero conocer el mariachi, el pulque, el tequila, quiero conocer sus playas, sus volcanes, quiero comer más de esos dulces, por lo que creo que México será un buen lugar…
- Buen lugar para… ¡No me digas! ¿Vamos a ir de luna de mie