Massimo veía cómo sus hijos poco a poco iban llegando a la mesa, hoy habían hecho un pícnic en el jardín, era entre semana y sonaba raro, pero, había sido mucho tiempo separados que disfrutaban de esos pequeños momentos de felicidad.
- Papá, ¿Cuándo podemos ir a las Maldivas? - Preguntó Paolo con gran interés y de la nada.
- ¿Las Maldivas? ¿Por qué el interés? - Respondió Massimo un poco intrigado.
- Paolo tenía novia ahí y no se despidió de ella, papá. Después del secuestro de los niños, tuvimos que salir huyendo rápidamente de ahí. - Dijo Laura de manera pensativa.
- ¡Laura! - Dijo Paolo apenado.
- ¡Oh, ya veo! No lo sabía, hijo, podemos ir, solo déjame organizarme y, si tú gustas, te puedo llevar el fin de semana. - Dijo Massimo en un tono suave.
Por un momento, recordó que, casi a su edad, él conoció a su madre, de la que pasó muchísimos años enamorado. El hombre entendía que era una edad complicada y en esa etapa, el amor se vivía de manera completamente diferente a la de ahora, p