POV: Helena
Me quedé de rodillas en el suelo, mirando las iniciales grabadas. Tres letras: S. M. Eran pequeñas, un rasguño casi invisible, pero eran una advertencia de muerte.
El corazón me latía tan fuerte que resonaba en mis oídos. La casa de invitados, el refugio que Franco me había prometido, no era segura. El traidor, el enemigo que él buscaba, no estaba lejos. Había estado aquí, en la habitación de Elisa.
Era una trampa. Esta mansión no es mi refugio; es una caja de cristal para atrapar al verdadero enemigo, y Elisa y yo somos el cebo. Franco me mintió, o al menos me ocultó la verdad. Él pensó que solo el exterior era peligroso, pero su enemigo ha roto su seguridad.
Me levanté, sintiendo un frío helado. No tenía tiempo para el pánico. Tenía que actuar. La única persona que sabía de la cámara era Franco, así que no podía decirle que había encontrado la vigilancia. Pero tenía que confrontarlo con las iniciales.
Abrí la puerta y salí de la casa de invitados, corriendo por el sender