Ahogué un grito cuando Hunter cogió por las solapas de la camisa a David, uno de mis compañeros, y lo estampó contra un árbol.
─Si le vuelves a hacer una broma de ese tipo a Emmy, o a cualquier otra chica, no respondo, ¿entendiste?
Oh, oh... ¿en serio?
Todos me quedaron viendo y en ese preciso instante me entró complejo de avestruz, quería meter la cabeza en un hueco y no sacarla los siguientes días.
─L-lo lamento, profesor.
─Bien ─dijo mi profesor soltando a David ─. Espero que a todos les haya quedado claro que las bromitas de mal gusto tienen sanciones; vuestro compañero David tiene un punto menos para mi examen final.
─Pero profesor...
─Ahora tienes dos, y si sigues alegando te irá peor.
Envuelta en la corta toalla que Laura me logró pasar caminé hacia mi tienda, donde poco después fui alcanzada por Noah.
─Emmy.
─ ¿Sí?
─Oye, siento lo que te hizo mi amigo, creo que esta vez se pasó.
─ ¿Tú sabías que me harían esa broma?
─Por supuesto que no, yo... yo te juro que estuve al margen.