Capítulo 57. Volver al pasado
El viaje había sido largo. La carretera se extendía como una cinta polvorienta que se retorcía entre colinas bajas, intercaladas con campos que parecían haberse rendido al tiempo. Leiah observaba por la ventanilla del autobús, siguiendo con la vista los postes de luz que, cada tanto, parecían inclinarse como si se hubieran cansado de sostenerse derechos. No conocía ese pueblo más allá de lo que había leído en viejas notas y en artículos que mencionaban de pasada el nombre de los Dalbus. Para cualquiera más, era solo un punto olvidado en el mapa. Para ella, en cambio, era el origen de demasiadas sombras.
Cuando bajó del autobús, un olor tenue a leña y café tostado le dio la bienvenida. Las calles eran angostas, y la mayoría de las fachadas conservaban una pátina de años y secretos. Caminó sin prisa, como si temiera que el sonido de sus pasos la delatara. Sus dedos se aferraban a la correa de su bolso, y en su mente repasaba una y otra vez las preguntas que no sabía si tendría valor de