Capítulo 54. Maldad expuesta
Eva había tardado días en decidir si contarle todo a Leiah. Sabía que su amiga estaba frágil, que apenas comenzaba a respirar después del desastre emocional en que se había sumido. Pero también sabía que, si no lo hacía, estaba traicionando su confianza. Además, había empezado a salir con su amigo el médico, y ella estaba convencida de que parte de esa decisión la estaba tomando por despecho y soledad, y no quería que después se arrepintiera. Sabia claramente donde estaba el corazón de Leiah. Así que una tarde, con el corazón acelerado, pidió verla.
—Tengo que contarte algo —le dijo sin rodeos, cuando se sentaron en su departamento, frente a una taza de té que ninguna de las dos tocó—. Johan y yo seguimos investigando. Y encontramos cosas... muy graves, cosas de tus padres que creo que deberías de saber.
Leiah se mantuvo en silencio, la mirada fija en sus manos. Eva respiró hondo y le relató lo que sabían. La violencia que Isabella, la madre de Darren, había sufrido por parte de Danie