Capítulo 70. No significa nada
La llamada llegó una tarde en la que Eva intentaba llenar el silencio de su departamento con música suave. Apenas había regresado del trabajo, aún con la chaqueta colgada del brazo y el cabello revuelto por el viento de la ciudad, cuando el teléfono vibró en la mesa de centro. El nombre de Johan iluminó la pantalla.
No era una sorpresa total —él había estado rondando en su vida de manera intermitente, siempre bajo la excusa de Darren y Leiah, siempre con esa seriedad fraterna que no terminaba de encajar con la tensión que se acumulaba cuando estaban juntos.
—Eva —saludó él, su voz grave, contenida—. ¿Tienes un momento? Quería hablar contigo de Darren.
Ella apretó el teléfono contra la oreja y contuvo un suspiro. Por supuesto que aceptaría. No tanto por Darren —aunque le gustaría por fin juntar a esos dos, le dolía verlos enredados en los hilos invisibles de su propia vida—, sino porque lo que más quería en ese instante era escuchar a Johan, tenerlo cerca, sentir el peso de su mirada.