Capítulo 49.
—Son unos cinco metros. —Murmuré haciendo cálculos rápido. —Deprisa, ayúdame a subir el primer tramo... a menos, por supuesto, de que quieras subir primero.
—No tengo nada adecuado para su vista debajo del vestido. Creo que la dejaré ir adelante. ¿Está segura de que su... mascota... nos dará el tiempo necesario?
Escondí una sonrisa.
Miré hacia donde Pier había desaparecido. Lo observé acercarse a los guardias que vigilaban la muralla; bastó un gruñido gutural, acompañado de ese crujido escalofriante en sus huesos, para que ambos hombres se tensaran y llevaran las manos a sus armas.
—Pier es muy bueno para esto —susurré, volviendo mi mirada a Cam mientras salía de entre los arbustos y me dirigía hacia la muralla. Luego comencé a tantear la primera piedra del muro—. Nadie mantiene la calma con él cerca. Le aseguro que no nos notarán.
Me siguió mientras los primeros gritos de alarma resonaban y empezaba a persecución.
Cam inclinó apenas la cabeza hacia mí, tan cerca que su al