Especial Cap. 25
La Fiesta
Las fiestas siempre eran algo que esperar con ilusión.
Esta vez se trataba de un baby shower: Livia acababa de entrar en su séptimo mes de embarazo. Su suegra había organizado todo especialmente, como una celebración de alegría y gratitud por el primer hijo de su nuera, y como una oración por el parto seguro tanto de la madre como del bebé cuando llegara el momento.
Ese era el espíritu de todo aquello: salud y seguridad para ambos. Agradecimiento y esperanza, elevadas a Dios.
Las figuras religiosas presentes en la reunión rezaron largamente por el bienestar de Livia y del niño que aún crecía en su vientre. Los nombres del señor Alexander y de Livia se mencionaron varias veces, seguidos por los sinceros “amén” de todos los presentes.
El rostro de Livia irradiaba felicidad; su sonrisa no se desvanecía mientras colocaba las manos sobre su vientre, asintiendo con cada oración. Estaba sentada al lado de su esposo, quien también susurraba sus propios amén, acariciando con ternura