Especial Cap. 76
El tiempo seguía su curso, veinticuatro horas al día.
Los queridos hijos del señor Alexander crecieron rodeados del amor y afecto de sus padres. Con los años, crecieron no solo en edad, sino también en historias.
Algunos días estaban llenos de risas, otros de enojo o frustración, pero juntos tejían la hermosa historia de la familia Alexander.
Echemos un pequeño vistazo a la vida de Damian Jr. y Sameen, dos niños que ambos se habían enamorado de su figura de hermana mayor, Davina.
Para ellos, Davina lo era todo:
Davina, la hermana más amable.
Davina, la chica más hermosa del mundo (aparte de su madre, por supuesto).
Davina, la más inteligente de todas.
Davina, aquella con la que ambos prometieron casarse cuando crecieran.
Y sí, el joven Damian Jr. realmente pensaba así en algún momento.
Ese simple pensamiento bastaba para provocar varias peleas.
—¡Vete! ¡No te acerques a Sister Davina!
—Sister Davina gusta jugar conmigo, Young Master —dijo Sameen con orgullo.
—¡No! ¡Sister Davina gusta