Capítulo 65 Ningún otro hombre...
El paisaje desfilaba velozmente tras la ventanilla. Cristina mantenía la vista fija en la multitud que transitaba por las calles, mientras el viento fresco del atardecer se colaba por la rendija de la ventana, alborotándole el cabello.
Paolo sujetaba el volante con firmeza, concentrado en el camino a casa. La luz intermitente del ocaso se proyectaba sobre su perfil masculino, acentuando la estructura bien definida de sus facciones.
Ella alzó un poco la barbilla y lo observó de reojo. Había un cambio en su cabello, que ahora llevaba más corto y con un estilo más marcado. Sus ojos conservaban esa profundidad característica, y su cuerpo alto y esbelto se ceñía en un traje de alta costura. Cristina no solo veía a un hombre atractivo en aquella cara de rasgos casi esculpidos, sino también la esencia de un caballero maduro y exitoso. Era una atracción irresistible, de esas capaces de rendir a cualquier mujer, y por un momento, se quedó completamente absorta en él.
—¿Ya te cansaste de verme?