—No hicimos… eso… —tartamudeó ella, mordiéndose el labio—. No hicimos eso que estaban haciendo en la película…
Al terminar la frase, su cara se encendió como si estuviera en llamas.
La inocencia de su comentario lo hizo reír. Dejó escapar un suspiro y recorrió con la mirada sus mejillas sonrojadas, que bajo la luz parecían aún más apetecibles. De repente, recordó la vez que ella, con esa misma expresión de vergüenza, le había intentado explicar lo que era el "hielo y fuego" mientras veían una película. Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios.
Su mirada ardiente recorrió su cuerpo sin disimulo, deteniéndose en sus curvas. El deseo se apoderó de él, haciéndole sentir un calor que le recorrió el cuerpo entero. Tragó saliva con dificultad.
—Cristi, cuando lleguemos a casa, me vas a volver a enseñar eso de "hielo y fuego".
Ella se tensó. En el instante en que sus miradas se encontraron, vio en sus ojos oscuros una chispa peligrosa, la clara manifestación del deseo de posesión de un h