Rosseta se sintió calmada por aquel beso que no puso evitar que un destello de luz saliera de su cuerpo y recorriera todo el reino y bosque como una ola sonora que viajaba a una velocidad increíble.
Muy despacio fueron separándose, manteniendo sus miradas fijas en los ojos del otro. Albuz se recompuso, se alejó más y empezó a caminar hasta desaparecer, dejando a Rosseta más que confundida por aquel beso.
...
- Se detectó una fuente magia por todo el reino. - dijo Casandro dando la información a Albuz, quien estaba completamente ido y fuera de sí. - Albuz. - llamó y movió las manos en sus ojos para despertarlo.
El hombre pareció cobrar el sentido, movió su cuerpo para acomodarlo en la silla y le dijo.
- Puedes repetitirlo. - definitivamente ese no era Albuz, él jamás estaba ido y peor aún, pedía una repetición. - no lo escuché.
- ¿Albuz, te encuentras bien? - preguntó Casandro con tono preocupante.
- Por supuesto. - aseguró y juntó sus manos hasta la altura del mentó para prestarle