Albuz tuvo que salir muy temprano del palacio r ir hacer sus rutinas, una de ellas fue recorrer todo el bosque en su forma de licantro.
Al llegar a un estanque, decidió parar y beber agua, la sed lo estaba matando. Mientras lo hacía, escuchó unos ruidos provenir de la parte de atrás. El romper de unas ramas lo alertó. Fingió no escucharlo y se preparó para tomarlo por sorpresa. Sus patas traseras y delanteras se prepararon para atacar, alzó la mirada para enfrentarse a su villano y fue por ella.
Terminó encima de una loba blanca, quien la espiaba. Para Albuz todos eran enemigos, pero al ver sus ojos dorados y serenidad no pudo lastimar a la bestia.
Se apartó de ella y volvió a su forma humana.
- Vete. - dijo y empezó a caminar al lado contrario. - no puedes estar aquí.
- Puedo estar aquí. - escuchó la voz de Rosseta que hizo que detuviera sus pasos en seco. - soy parte de este bosque, soy su guardiana y protectora.
- Entonces haz tu trabajo donde yo no pueda verte.
- Será difícil