33. Favoritos
Indra.
Fausto me ayudó a bajar del yate entrada la noche.
Llevábamos dos días de luna de miel sin salir del cuarto que nos dejaba ver el mar, haciendo el amor, existiendo y siendo mimada por mi esposo.
Todavía se me hacía tan irreal lo que significa esa palabra.
El conjunto sencillo top blanco de manga larga, short de tiro alto color café y sandalias me reconfortó.
Mi esposo no soltó mi mano durante todo el recorrido por el muelle, que nos conducía a la casa privada donde se celebraba el cumpleaños número treinta y uno de Ulises.
Fausto cargaba entre sus manos una caja negra: el regalo para Ulises.
Su ropa también era blanca y sencilla, como si fuéramos un match de parejas bien combinado. Valentina estaría orgullosa de nosotros.
La piscina iluminada con luces blancas rebosaba de mujeres hermosísimas y hombres bañados en joyas.
Todos lucían trajes de baño y ropa casual. Bebidas finas y aperitivos eran servidos por playmates —hombres y mujeres por igual.
Ulises, el cumpleañero, nos