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—¡Que si voy a ir Miguel! ¿Aún piensas que puedes mandarme? —iré por unos estúpidos zapatos ¡Zapatos! ¿Por qué debo mandar a alguien a hacer algo que puedo hacer yo! Estoy ofuscada. Molesta. Y furiosa.
—Déjala ser Miguel.—eso es mamá, coloca a papá en su sitio.
Tomo mi bolsa y las llaves de mi coche, Pedro intenta alcanzarme, pero acelero perdiéndolos en el camino. Las empleadas de la mansión Smirnov han estado toda la mañana preparando la comida para la celebración de hoy.
Entro a una de mis tiendas favoritas y decido llevarme un par de zapatilla marca chanel que me han impactado. Pago con una de mis tantas tarjetas. Mi teléfono vibra con un mensaje de Artemisa donde me invita a ir al salón con ella, embozo una mueca que según yo es una sonrisa.
Escucho los gritos en la calle y salgo a ver que esta sucediendo, agacho mi cabeza al sentir un par de disparos. Una de las tiendas de la cera en donde estoy, esta siendo robada. Mi corazón bombea con fuerza, cuando veo a Hiraku junto a Iz