Lauren.
Al bajar del jet quedo maravillada con el clima y la calidez con que nos recibe el distrito de Molshein, Francia. Sabía que no llegaríamos a la capital ni una gran ciudad, pero realmente me gusta el lugar. Así que no puedo dejar de tomar fotografías a su estilo colonial y el verde de su naturaleza, hermosa en otoño.
Kasey está a mi lado hablando en francés con el conductor y la miro con orgullo. Sé que debo proponerme hablar varios idiomas como todos los Sinclair, pues, después de todo, soy una de ellos.
Dejo de tomar fotografías y veo mi fondo de pantalla. Somos Kenneth y yo el día de gracias, luciendo tan tiernos en una foto que nos tomó Kasey de forma descuidada. Se ve que nos amamos, y es perfecta.
No dejo de sonreír cuando paso mi dedo por su rostro, deseando que estemos los dos juntos en esta pequeña ciudad, tomados de la mano, planeando nuestro futuro.
—Ya llegamos, enamorada —bromea la morena, por lo que me río.
Y es verdad, hemos llegado. La fachada de la empresa es mu