El desafío de amar (2da. Parte)
Unos días después
New York
Lance
Habían pasado días que se me hicieron eternos. La distancia fue un castigo que caló en la piel y en los huesos, y lo único que me sostuvo fue la idea de volver a verla. El momento en que el avión aterrizó y supe que ella estaba en la misma ciudad que yo, todo lo demás dejó de importar: los rumores, el trabajo, la rutina. Solo pensaba en Karina, en cómo sus ojos me harían olvidar cualquier ausencia.
Cuando finalmente abro la puerta de mi departamento y la veo allí, todo se desvanece: el cansancio, las preocupaciones, el tiempo perdido. La abrazo fuerte, como si quisiera borrar los días sin ella. La siento reír contra mi pecho, y es en ese instante que sé que ya no existe nada más, solo nosotros.
Y ahora estamos en mi departamento, en la cocina, preparando la cena juntos. Karina se mueve con gracia mientras corta unas hierbas; yo finjo ayudar con los vegetales, aunque mi atención está únicamente en ella.
De pronto dejo el cuchillo a un lado. No puedo resi