Pacto de Amor (1era. Parte)
Al día siguiente
New York
Lance
El avión despegó rumbo a Nueva York, y las horas parecieron eternas. Yo intentaba relajarme, charlando con Karina sobre los lugares que visitamos, pero en el fondo me perseguía un miedo: que la realidad nos golpeara de nuevo y ella saliera corriendo de mi lado. Mi única esperanza era que lo que sentimos el uno por el otro fuera más fuerte que cualquier obstáculo.
Cuando la ciudad apareció bajo nuestras alas, sentí una mezcla de ansiedad y alivio. Aterrizamos, recogimos las valijas y pronto estuvimos camino a casa.
Ahora, al fin, estamos entrando en nuestro departamento. Cierro la puerta tras nosotros y dejo las maletas a un lado. El silencio del lugar nos rodea, interrumpido apenas por el ruido distante de la calle. Me acerco a Karina, la tomo de la mano y sonrío.
—Amor… ¿qué te parece si nos damos una ducha juntos? —propongo con una media sonrisa.
Voy al baño, abro la ducha y dejo correr el agua caliente. El vapor comienza a empañar el espejo. Cuando re