El mismo día

New York

Karina

Hemos venido con mi esposo a revisar el departamento para asegurarnos de que no queden más cámaras de seguridad ni micrófonos en el lugar. Entro con recelo, aunque sé que Lance tiene todo bajo control.

—Hermosa, tranquilízate —me dice mientras me abraza por la cintura—. Te aseguro que revisamos todo con el experto de seguridad. Todo está en el otro departamento. Además, mira esta alarma, solo se desactiva con mi huella digital.

—¿Estás segura de que no hay manera de que vuelvan a entrar al departamento? No quiero más sorpresas —pregunto, con la voz algo tensa.

—Espera, voy a activar la alarma —responde él—. Dame la mano… muévela. ¿Ves? Hay un sensor de movimiento; si no lo desactivo con mi huella, me llega una llamada al celular.

—Está bien… parece seguro —respondo, aunque aún algo inquieta.

—Amor, ¿crees que me gusta la idea de que otros hombres te vean desnuda? —susurra mientras me sostiene por la cintura y me acerca a él—. Yo quiero ser el único.

—Está c