Aria había conocido su primer beso de la boca de un embustero, había entregado su virginidad a un ser que no la merecía, con el tiempo se sintió usada más que abandonada, ahora sin embargo, sentía la boca de Dylan como el roce más maravilloso y abrazador, su corazón latía tan fuerte que casi dolía, y con temor a ser rechazada, o ser criticada, como tantas veces lo hizo Gastón, Aria simplemente se arriesgó y llevó su lengua a tocar esos labios tan cálidos y suaves de ese hombre, y no pudo evitar sorprenderse al sentir el sabor a hierro en su boca, debería de darle asco o así sea miedo estar besando a un hombre que tenía el labio roto, pero si tenía el labio roto era por defenderla, entonces mínimo podía darle un beso ¿verdad?
Bueno, Aria solo quería darle un beso, pero las manos de Dylan rápidamente dejaron su rostro para envolverse en su cintura, y cuando menos lo espero estaba a ahorcadillas sobre aquel hombre, no sabía qué edad tenía, pero si estaba segura que le doblaba su edad, y