Capítulo Cincuenta y cuatro.
Sofía despertó siendo muy consciente en el lugar donde estaba, y el motivo por el que estaba allí, apenas sus ojos se abrieron un temblor asomó en sus labios, y en sus ojos las lágrimas comenzaron a acumularse, hasta que giró el rostro a un lado, ya que por el rabillo del ojo observó una sombra, allí en una silla que se notaba incómoda al lado de la cama, estaba el CEO de Lumia Entertainment, un hombre que jamás había faltado a su trabajo sin previo aviso, incluso cuando se enfermaba una noche antes el CEO informaba que no estaría seguro de poder asistir al día siguiente, y ella como su buena secretaria se ocupaba de todo, luego cuando el caos de su divorcio comenzó, el CEO informó incluso una semana antes que se ausentaría, y en teoría Sofía era quien debía quedarse a cargo de la empresa, pero coincidió con la muerte de Adrián y, aun así, como si estuviesen conectados, como si los astros obraran sobre ellos, Sofía se la ingenió para que la empresa no quedara a la deriva, su actuar fu