Esa pregunta y muchas más hicieron eco en la mente de Sofía, era verdad que la familia Bach era conocida por todo el mundo, al menos los que los Bach querían que se supiera, pero habían tantos secretos, tantos misterios, inclusive la cantidad de miembros de la familia, ya que solo eran conocidos aquellos que manejaban una que otra empresa, esos que estaban al frente de algo, pero Sofía sabía que había muchos más que se mantenían en el anonimato, personas que jamás habían sido fotografiadas, ni qué decir de su historial médico, era todo un misterio.
—No puedo creer que te haya embarazado en nuestra noche de bodas. —dijo aún sorprendido Alexander, al tiempo que dejaba un cálido beso sobre los labios de su esposa, cuando ya estaban de regreso en el automóvil.
—En verdad, o yo soy muy fértil, o tu esperma sabe a dónde llegar y cómo. —Alexander reía con orgullo, con amor, con verdadera felicidad y a Sofía cada vez le encantaba más oír esa risa tan varonil.
—Creo que son ambas cosas cariño.