—Creo que somos una pareja muy fuera de lo normal, y también creo que nunca nos acostumbraremos al hecho de que ya somos marido y mujer. —aseguró de manera reflexiva Sofía, enrojeciendo por el solo hecho de ver cómo Alexander limpiaba entre sus piernas la evidencia de su encuentro sexual.
—Creo que tienes razón, tomamos tan a la ligera nuestro matrimonio que, ahora es como… que falta un gran cierre a todo esto. —aseguró mientras levantaba su camisa y cubría a Sofía con ella.
—Ahora entiendo tu manía de tener toallas en la oficina. —murmuro la rubia solo por verlo lanzar la toalla en dirección a su baño privado.
—Tú mejor que nadie sabes que esas toallas solo las tengo para limpiar el rostro y manos de Bautista cuando viene a visitarme a la oficina. —Sofía dejó salir una risa divertida y jovial, una que Alexander solo había podido disfrutar los primeros días de su matrimonio, y eso le dio cierta paz, pues quería decir que Sofía estaba un poco mejor luego de todo lo que había pasado y lo