84. La Primera Vez
La noche después de confrontar a Amy, Isidora regresó al apartamento de Diego sintiendo algo que no había experimentado en meses: ligeridad. Como si finalmente hubiera cerrado una puerta que llevaba demasiado tiempo abierta, dejando entrar corrientes frías.
Diego estaba en la cocina cuando ella llegó, preparando té. Se había quitado el suéter y llevaba solo una camiseta gris que se ajustaba perfectamente a su torso atlético, producto de años escalando y nadando. Los músculos de sus brazos se marcaban mientras alcanzaba las tazas del estante superior. Su cabello castaño desordenado caía ligeramente sobre su frente, y cuando levantó la vista al escucharla entrar, sus ojos marrones la recorrieron con una intensidad que la hizo estremecerse.
—¿Cómo te sientes?
—Cansada. Aliviada. No sé.
Se sentó en el sofá, quitándose los zapatos. Diego trajo dos tazas de té y se sentó junto a ella, pero esta vez no mantuvo la distancia respetuosa habitual. Su muslo presionaba contra el de ella, su brazo