Capítulo 53: La Partida

Matteo pasó dos horas sentado en su oficina después de que Lucía se fue, mirando la fotografía ecográfica como si pudiera cambiar de forma si la estudiaba lo suficiente. Su teléfono vibraba constantemente. Mensajes de trabajo. Llamadas de su padre. Todo ignorado.

El sol comenzaba a ponerse cuando finalmente aceptó que no podía postergarlo más.

Tenía que enfrentar a Isidora.

La buscó por toda la mansión. No estaba en el taller. No estaba en su habitación. Finalmente la encontró en el jardín trasero, sentada en el banco bajo el naranjo, su tablet en las manos pero la pantalla apagada. Solo miraba al horizonte.

Se veía tranquila. Demasiado tranquila.

Matteo sintió náuseas.

—Isidora —dijo, acercándose con pasos que resonaban demasiado fuerte en el jardín silencioso—. Necesitamos hablar.

Ella no se giró.

—Ya lo escuché todo, Matteo. Las paredes de esta mansión no son tan gruesas como crees.

Él se detuvo en seco.

—¿Escuchaste...?

—Cada palabra. La fotografía. Las siet