100. La Explosión de Diego
Diego sostenía su teléfono como si fuera evidencia en caso criminal, sus nudillos blancos de la fuerza con que lo apretaba. Se giró hacia Isidora, su expresión oscurecida por algo que ella no podía identificar completamente.
—¿Le contaste que te pedí no traerme? ¿Hablaste con Matteo sobre mi petición de ir contigo al cumpleaños?
Isidora sintió como si le hubieran arrojado agua helada.
—¡No! ¡Por supuesto que no! No he hablado con él fuera de las reuniones del proyecto. Ni una sola vez. Te lo juro.
—Entonces ¿cómo supo? —Diego comenzó a pasearse por el balcón pequeño, sus movimientos tensos y controlados—. ¿Cómo diablos supo que yo quería ir contigo y que tú decidiste ir sola? Esos detalles específicos.
Se detuvo abruptamente, girándose hacia ella con expresión que bordeaba la paranoia.
—A menos que... a menos que él tenga alguna forma de saber nuestras conversaciones privadas. Acceso a nuestros teléfonos o...
Isidora se horrorizó ante la implicación, sintiendo náuseas subir por su gar