Capítulo – Una Noche para Recordar
—¿Querés pasar a tomar algo? —preguntó Bruno, con la voz suave, señalando la entrada del hotel.
Sol lo miró apenas un segundo. Un suspiro más y pensó: soy mujer, me gusta este hombre, me hace reír, me hace sentir segura… ¿por qué no jugármela? No era una decisión impulsiva, era una elección desde la piel y el corazón.
—Vamos —respondió, sin vueltas.
Entraron juntos, cruzando el lobby con paso tranquilo. Bruno caminaba a su lado, sin rozarla siquiera, pero cada tanto la miraba, como si aún no pudiera creer que la tenía ahí, de verdad, con él.
Cuando entraron a la habitación, él prendió solo una lámpara de pie. La luz era cálida, tenue. Como si respetara la intimidad del momento. El balcón al fondo dejaba entrar el murmullo suave de la ciudad y un aroma a sal, cemento y flores nocturnas.
—¿Juguito, agua, algo con gas? —preguntó él abriendo la pequeña heladera.
—Jugo de naranja está bien —dijo Sol mientras se acomodaba en una de las sill