Capítulo: Un Domingo de Amores (y secretos)
El sol del domingo entraba tibio por las cortinas del hotel. Bruno se había despertado con una sonrisa que no se le borraba desde hacía horas. Miró el celular, se estiró, se rascó la cabeza con los rizos despeinados y sonrió al ver la nota que Sol le había dejado en la almohada:
> “Nos vemos mañana, mi amor. Me fui temprano antes de que me maten mis hermanos. Te dejo un beso en cada rincón del corazón. Tu novia. Sol.”
“Mi novia…” murmuró, y se le llenó el pecho de emoción.
No tardó en mandar un mensaje de videollamada a Dante. El hermano atendió con cara de dormido, el pelo alborotado y una taza de café en la mano.
—¿Qué pasa, hermano? —preguntó Dante—. ¿Te despertaste volando?
—Soy novio oficial. Repito: ¡SOY novio oficial!
Dante rió, moviendo la cabeza.
—Lo sabía, lo sabía… Brasil nos trajo el amor, Bruno.
—Es así, hermano. Río me trajo el sol… Sol Geórgia.
En ese momento, se sumaron a la videollamada Edinson y Sofía desde Urugu