Capítulo: El Primer Día y La Cuenta Regresiva
El cielo amanecía despejado, con un tono rosado que anticipaba un día importante. En la casa de los Martínez-Montes, todo estaba en movimiento. Almohadas en el suelo, cepillos de dientes sobre la mesada, cintas para el pelo por todas partes. Era un caos hermoso, el tipo de caos que anuncia un momento inolvidable.
Anahir se inclinaba con cuidado frente a Brisa, ajustándole el pequeño lazo blanco en el cabello rubio que caía en ondas suaves sobre sus hombros. A su lado, Alma reía mientras Nicolás intentaba acomodarle la túnica sin que ella se escapara corriendo por el pasillo.
—¡Listas! —dijo Ana, la abuela materna, con una sonrisa emocionada, sujetando la cámara de fotos como si fuera un trofeo de guerra.
—No sé si yo estoy lista —murmuró Anahir, con los ojos vidriosos.
Sofía, con un blazer crudo y el cabello recogido en una trenza elegante, le pasó una mano por la espalda.
—Siempre fuiste fuerte. Pero ser mamá te hizo invencible, hi