CAPÍTULO – EL REFUERZO QUE FALTABA
—¿Estás seguro de que este abogado es el indicado? —preguntó Damián, mientras subía junto a Nicolás por las escaleras de un edificio antiguo, pero perfectamente mantenido, con oficinas legales de prestigio.
—Más que seguro —respondió Nicolás—. Julián Funes no solo es uno de los mejores abogados penales del país… también tiene cuentas personales con este tipo de basura.
Al llegar al tercer piso, los recibió una mujer de mirada firme y sonrisa amable.
—Paula Suárez —se presentó tendiendo la mano—. ¿Venís por el caso de Alejandra?
—Así es —dijo Nicolás—. Y por su hijo. Fabricio Castiglioni está cruzando todos los límites. Necesitamos frenar esta estrategia judicial agresiva.
—Pasen. Julián los está Alejandra ya está aquí .
La oficina era sobria, decorada con libros legales, diplomas y una gran fotografía enmarcada: una imagen de Paula abrazando a un grupo de mujeres y niños en un refugio. Debajo, una placa decía: "Fundación Renacer – Donde