18:55 hs. - Zamira.
— ¿Me escucha? Busco a un señor llamado Lorenzo.
— ¿De parte de quién? —respondió el hombre, desconfiado, desde el otro lado de la ventanilla.
—Eh... de parte mía. Estoy interesada en alquilarle una habitación.
Tras oír eso, el viejo se acomodó sobre su asiento y, con una mirada que me dio bastante asco, me repasó de arriba a abajo antes de darme una respuesta.
—Este es un lugar decente, señorita. Haga el favor de ir a hacer sus negocios a otro lado —dijo el hombre, lleno de desdén, dejándome totalmente anonadada.
—Oiga, señor, que yo no soy ninguna puta —respondí al instante, logrando controlar las ganas de insultarlo. El viejo volvió a acercarse y me echó una nueva mirada.
—¿Quién la manda? —volvi&oa