17:30 hs. — PERSPECTIVA: Damián.
—Me tengo que ir a ayudar a Lin, ¿te puedes encargar del resto, por favor?
—¡Sí, claro!
Tan tensas se habían puesto las cosas con Clara que no me parecía tan mala idea tener que largarme de ahí para ayudar a la otra con su mierda de presentación. Incluso prefería soportar un rato a las cotorras de sus amigas con tal de acabar con ese horrible ambiente que se había generado en torno a mi mesa de trabajo.
—¡Buenas! —me saludó Lin apenas me vio, feliz como siempre.
—Hola. Hoy tengo un poco de prisa, ¿podemos ir al grano? —sentencié nada más sentarme, borrando de inmediato la sonrisa de su cara.
—S-Sí, por supuesto. Aquí tienes... —dijo la ahora nerviosa chinita.
—Perfecto.
Mi rostro serio, seco; esa cara de pocos amigos que había llevado a esa pequeña reunión era lo que me iba a mantener fuera de todo tipo de problemas con las féminas de esa empresa. Sabía que no era la más popular de las medidas, sabía que seguramente obtendría semblantes parecidos al mí