Aquella noticia pareció tomar por sorpresa a la señora Bonatti, quien no pudo disimular en ese momento su rostro por lo que su hijo le había dicho.
—Yo no lo sabía —dibuja una media sonrisa—. Bienvenida a la familia.
—Hazel ella es mi madre, Alessandra Bonatti —responde él.
Me sentía un poco incomoda por lo que acababa de suceder, no quería causar problemas ni malentendido en la familia y el que se enterase de esa manera tan abrupta me hacía sentir culpable.
—Gracias por darme la bienvenida señora Bonatti —le regreso la sonrisa y extiendo mi mano hacia ella quien la recibe en saludo—. Un gusto en conocerla señora Bonatti. Valentino me ha hablado mucho de usted.
—¿Lo ha hecho? —pregunta y asiento.
—Habla de la excelente mujer que tiene como madre.
Ella sonríe y me abraza.
—Estoy segura de que me hablará maravillas también de ti cara. Eres más que bienvenida. Por favor pasen —nos muestra el camino a la enorme casa.
—Te dije que le agradarías —me susurra por lo bajo él.
—No me ha gustado