Esa misma semana recibí un mensaje de parte de Nathan en el que me mencionaba que había logrado encontrar lo que con le había hecho en mi petición. Sin embargo ignorar la seguridad de la casa era una tarea más que difícil, era imposible. Pero Nathan y yo habíamos pensando en aquello y nos habíamos ideado un plan que estábamos seguros saldría a la perfección.
Temía que Caterina terminase descubriendo todo.
—Señora Hazel, parece que tiene un poco de afán —me dice ella cuando me ha visto caminar rápidamente.
—Sí, es que he visto un almacén con ropa muy bonita, me gustaría comprar un par de vestidos —miento.
Caterina me sigue a la tienda de ropa.
Finjo buscar en los percheros, y después de unas cuantas rondas tomo un vestido. Camino con el en mis manos al probador junto a mi bolso.
—Creo que me lo mediré, es de mi talla.
—Está bien la espero aquí.
Le regreso una sonrisa a Caterina y me meto en el probador. Una mujer me recibe justo antes de cruzar una puerta adversa, es amiga de Nathan y