Capitulo 30

Hazel.

Completamente sola.

Así me sentía en aquel momento.

Desde que Valentino se había marchado, no había tenido más noticias de él. Intenté llamarlo muchas veces, intente saber dónde se encontraba. Y no encontraba respuestas. Nadie hablaba del tema en la casa, nadie decía nada.

Valentino se transformó poco a poco en un fantasma, no estaba, se había ido y con él se había llevado parte de mi alma.

La otra parte había quedado aquí junto a mí, quizás lo único que podría tener de él. Nuestros bebés.

Debía ser fuerte.

Lo intentaba, lo intentaba muchas veces. Todos los días y era tan fácil de decir, de escucharlo de los demás.

Odette me acompañaba en mis noches solitarias a través de video llamadas, su embarazo había avanzado mucho y estaba más feliz con nunca, a diario me mostraba el cuarto de su bebé y las cosas que había comprado para él, y aunque admitía que era una buena consejera, no dejaba de sentirme vacía por las noches.

En esta inmensa casa de bastas paredes y preciosos cuadros d
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