VIOLA
Kael levantó ligeramente la barbilla y su mirada se desplazó de Lucas a Kevin, y luego a mí. Había una tormenta detrás de sus ojos, pero no era la ira salvaje de siempre, sino algo mucho más contenido. Más oscuro. Más letal.
—¿Qué planeas hacer ahora? —preguntó en voz baja—. ¿Montar un drama en el jardín de mi casa? ¿Amenazarme con un USB barato?
Kevin levantó una ceja. —Barato o no, sabes que su contenido es suficiente para hundirte.
La madre de Kael dio medio paso adelante. —Kael, llama a los guardias. Échalos a todos.
Kael no se movió.
Sus ojos solo me miraban a mí.
Como si el resto del mundo hubiera desaparecido.
Solo quedaba yo.
Y eso era mucho más aterrador que todas las amenazas que Kevin tenía en su poder.
—Viola —dijo con voz ronca—, ¿crees que puedes venir aquí, traer a dos hombres, traer amenazas y luego irte con mi hijo?
Apreté a Kenny con más fuerza. —Sí.
Kael soltó una breve carcajada, no una risa divertida, sino la risa de alguien a quien acaban de herir en su org