VIOLA
Kael puede esperar.
Porque no vengo como una víctima.
Vengo como una tormenta.
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A la mañana siguiente, la tormenta comenzó de verdad.
No me despertó el miedo, sino el sonido de una serie de notificaciones. Mi celular vibraba con fuerza en la mesita junto a la cama. El sol aún no había salido del todo, pero la ansiedad fluía tan rápido que me levanté de un salto.
Lucas entró con expresión seria.
—Vi —dijo rápidamente—. No abras tu celular.
Me quedé paralizada. —¿Qué pasa?
Lucas me entregó su tableta. —Mira esto. Kael ha empezado a actuar.
En la pantalla, lo vi.
Una publicación en las redes sociales. Un grupo de viejos amigos. Una historia de Clara.
*«Viola ha desaparecido con Kenny. Su estado mental es inestable. Estamos muy preocupados...».*
Luego, una foto mía de hace dos años, con un moretón en la mejilla. Pero la leyenda decía:
*«Hemos intentado ayudarla, pero es muy testaruda. Por favor, ayúdennos a encontrar a Kenny».*
Sentí ganas de vomitar.
Kevin apareció detrás de Luc