VIOLA
Unos segundos después de que se cerrara la puerta, la casa volvió a quedar en silencio.
Pero este silencio era diferente al que me había puesto los pelos de punta en el pasado.
Era el silencio que sigue a la primera tormenta, un silencio lleno de respiración contenida, de adrenalina, de la conciencia de que la noche aún no había terminado.
Lucas se acercó. «¿Estás segura de que estás bien?».
Asentí con la cabeza, aunque sentía un nudo en la garganta. «Mejor que en los últimos cinco años».
Nadia respiró hondo y se dio varias palmaditas en el pecho. «Yo... Vi, te juro que sentí que se me salía el corazón del pecho. La mirada de Kael era... una locura. Era como si... no fuera humano».
Kevin se sentó en el sofá y se cubrió la cara con las manos. «Casi le tiro el bastón a la cabeza».
«No», respondí rápidamente. «Kael no atacará primero. Quiere asustarnos».
Lucas me miró con seriedad. «¿Y tú no tienes miedo?».
Me encogí de hombros. «El miedo sigue ahí... pero ya no lo controla él».
Lu