Gracia

El hombre que me acompañó por las escaleras abrió la sala VIP reservada. No entré hasta que mis ojos se posaron en Lucía, quien ya estaba recostada en el sofá, fulminando con la mirada a las personas que bailaban en la pista de abajo.

Al instante, una oleada de ira y desdén recorrió todo mi cuerpo, apoderándose de cada fibra de mi ser.

Cada vez que la veía, escuchaba su voz de aquel día: "Tú robaste lo que era mío. Yo nunca comparto, Graci. Deberías haberlo sabido".

Era como una puñalada constante en el corazón, justo antes de recordar lo que siguió después. Los recuerdos de desangrarme en la carretera y perder lo único que más me importaba, a manos de las personas que amaba y en quienes confiaba...

Esos recuerdos jamás me dejarían en paz.

—Gracia —siseó Lucía como una serpiente, y mi trance se rompió.

Dirigí mi mirada neutral hacia ella. Sonrió, curvando los labios en un gesto amenazante.

—Ven, toma asiento.

Di pequeños pasos hacia el sofá rojo frente a ella y me senté, manteni