Los días se tornan oscuros y muy complicados para Hugo, que continúa sin poder encontrar la manera de participar en la búsqueda. Ha dejado de comer. Incluso de dormir debido a la desesperación de no poder hacer nada. Su expresión facial ha cambiado tanto. Su mirada se ha vuelto triste y con unas ojeras. Sus uñas se han vuelto débiles, quebradizas y están tan roídas.
Su angustia se vuelve cada vez más evidente. No puede quedarse con los padres de Kayla en el hotel. Sabe que se volvería demente si lo hace.
Mejor sabe a caminar por las calles esperando poder encontrar algo de paz o alguna manera para ayudar, aunque no las tenga. Se detiene en un parque que ya es bastante familiar para él. Toma asiento en una banca de madera.
Abriendo su mano derecha donde tiene la tarjeta blanca. Su mente está llena de dudas. No sabe qué decisión tomar. Por más que encuentra una solución, no la hay. Él no tiene el poder ni los recursos para poder rentar una tripulación para salir en busca de Kay