Raquel da vueltas en la cama sin poder acomodarse para conciliar el sueño. Sin querer, su mirada siempre regresa, fijándose en esa puerta por la que hace unos instantes salió Hades.
Se sienta de mala gana en la cama. Agarra su móvil. Enciende la pantalla mirando la hora. Son las 3:40 a. m. Hades tiene más de 40 minutos que salió y todavía no regresa. Dónde demonios estará. Son las preguntas que inundan la mente de Raquel. Ya que pensó que después de salir y ver la feroz tormenta regresaría asustado. Pero no fue así y no logra comprender en qué pudo entretenerse.
Y justo en eso una luz ilumina su pensamiento. Su mirada se ensombrece y su expresión cambia. Se pone rápidamente de pie. Caminando, descansa por el piso. Sin ponerle importancia a eso. Lo que quiere es salir lo antes posible. Agarra su bata de dormir cubriendo su cuerpo. Y sale a paso apresurado de la habitación en busca de Hades.
Camina por los pasillos que aún siguen en constante movimiento. Tambaleándose pero sin det