Cuando despierto, es porque la luz del sol entra por la ventana. No despierto listo para luchar, listo para trabajar, o porque hay una diana en mi espalda porque alguien reclama mi vida. Simplemente despierto porque es de día y ya he descansado lo suficiente para ser un humano funcional el día de hoy. Sonrío complacido con la cena de ayer y me siento en la cama antes de levantarme a pasar el día con mi familia.
—Buenos días, joven amo. —Salulda Nancy entrando a la habitación con el cambio de ropa de que preparó Mena —. La señorita Vázquez me pidió que le trajera esto, dijo que lo iba necesitar porque hoy irán a explorar.
—Entiendo, gracias Nancy. —Digo viendo el día por la ventana, sintiendo el cambio que será mi vida de ahora en adelante.
Me levanto de la cama para caminar hacia el baño y prepararme para el día, cuando de repente mi nuevo tío irrumpe en mi habitación con cara de pánico.
—¿Aquí es cuando debo gritar? —Pregunto por curiosidad.
Analizando la situación, no hay m