Pasar tiempo con el abuelo no fue tan aburrido como parece. Poder conversar a la luz del día, sin tener la necesidad o preocupación de estar atendiendo el teléfono porque hay una emergencia, me hizo recordar lo que se siente ser un chico. Alguien tranquilo y divertido como la compañia de él me hizo sentir bien. Bueno, a pesar de no hacer mucho ruido, solo se entretenía hablando conmigo sobre sus experiencias de juventud, lo que hizo que me sintiera cada vez más seguro al expresarle mis sentimientos y pensamientos mientras me escuchó atentamente. Y también pudimos bromear tranquilamente sobre los días por venir, y al igual que yo, tiene la intención de aceptar una nieta en su vida y yo una hermanita a la cual consentir cuando llegue en algún momento. Cuando regresamos a casa, ya cerca de la puesta del sol, todos está extrañamente tranquilo. Hasta donde tengo entendido no había ningún plan en específico para la cena, pero conociendo Gio, de seguro algo planifico para esta noche ya que