Pero poco sabíamos que nuestra lucha contra Simon Dawson apenas comenzaba.
- Necesito ir a casa y cambiarme de ropa. – observó. - Pero es tan difícil dejarte... Más aún en la cama.
- No puedo creer que te hayas quedado aquí conmigo, a pesar de que estaba durmiendo. - dije feliz por su presencia.
- Solía hacer eso cuando salíamos, ¿recuerdas?
"Sí…" acaricié su rostro. - Pero todavía estamos saliendo. - Me reí.
- Hmm... ¿Y es hora de hacer oficialmente la solicitud?
- Cálmate, Nicolás.
- ¿Por qué estas esperando?
- Tengo alguna venganza pendiente. - Bromeé.
- Quiero tener un bebé... Contigo.
Lo miré confundido. Era la primera vez que lo discutíamos, a pesar de que sabía que yo tenía algún trauma infantil.
- Esto no es por ahora, ¿verdad? Yo pregunté.
- Para cuando estés listo. Y ya estoy contento con la posible posibilidad de un sí. Hace unos años esto la hizo sentir completamente incómoda.
- Confieso que ya pensé en esta posibilidad. Cuando vi a Otto con Victoria. Su mirada hacia ella