Cuando llegamos a casa al final del día, Nicolás dijo mientras yo todavía estaba en la puerta, a un paso de entrar:
- Proporcioné un hogar a Lorena, Felipe y Vi.
- Pero... ¿Ya se aseguró de quedarse?
- Va a dar.
lo abracé:
- Estoy feliz... Lorraine cerca de mí es todo lo que necesito.
- Yo se...
- Y tu madre lejos. Confesé, bajando la cabeza.
- Se va pronto, no te preocupes.
- Así espero.
- ¿Puedes venir esta noche? - él invitó. - Te quiero en la bañera. - Me habló al oído.
Me reí:
- Es usted muy directo, Sr. Welling.
- Prefiero al Sr. Perfecto.
- Hmm, pensé que no eras el perfecto caballero.
- Repitiendo: solo para ti...
- Está bien, me uniré a su fiesta en la bañera, Sr. Perfecto.
- Te estaré esperando... Con todo lo que te corresponde.
Cuando entré a la casa, Otto, Felipe y Lorraine ya estaban hablando de la nueva casa que habían ganado en Villa.
- Lorraine, dime que aceptaste.
- Por supuesto que aceptamos, prima.
Corrí hacia ella y la abracé con fuerza.
- No podría estar más feliz