Traté de mantener la calma y fingir que todo estaba bien durante la cena. Le expliqué que la mamá de Nicolás acababa de llegar de un viaje y estaba cansada y él no quería dejarla sola. Todos mentiras. Pero fingir ante Dani y Lorraine era lo peor que podía pasar... simplemente porque me conocían.
- ¿Lo que realmente sucedió? preguntó Lorraine en voz baja, para no involucrar a Otto y Felipe en la conversación.
Miré la sonrisa tonta de Otto a Victoria y la forma en que trató a la niña y dije, sin pensar demasiado:
- Nunca he sido muy apegado a los niños... Pero la forma en que Otto se ve y actúa con Vitória me hace querer tener un hijo.
Los dos miraron en su dirección:
- Creo que Otto está listo para ser abuelo. - Dijo Dani sonriendo.
- No estoy preparada para ser madre. - Confesé.
- Nunca será. - dijo Lorena. - E incluso si te preparas, todo será diferente de lo que planeaste. Porque los niños son como una caja de sorpresas: puede ser un ángel o un demonio... Y eso depende de ti, créeme