- No.
- ¿Está seguro?
- Absolutamente. - Confirmé.
Finalmente se fue.
- ¿Lo que le sucedió? Yo pregunté.
- También pensé en la posibilidad de un bebé. – dijo Oto.
- No, no es. Solo estoy ganando mucho peso. Así que he decidido que dejaré de comer cosas que engordan y dejaré de beber refrescos.
- ¿Y por qué estás subiendo de peso?
- Creo que estoy comiendo demasiado.
- Pensé en darte tantos regalos... Pero honestamente pensé que esto era lo mejor que podía darte.
Otto me entregó la pequeña caja de terciopelo. Lo abrí y encontré un llavero plateado, con una foto de él y mi madre juntos. En el reverso había escrito: "Estamos orgullosos de ti". Sentí lágrimas brotar de mis ojos rápidamente.
- Papá... Yo... Me encantó.
- No quiero que llores. Se secó las lágrimas. - Quiero que seas feliz. Y recuerda que siempre fuiste nuestro orgullo. En su discurso, apuesto a que les recordaría a todos su ubicación en el examen de ingreso a la universidad, así como su mención de honor en la graduación. Pe