Narrador desconocido
Visualizo el caos a distancia, sobre una colina en las afueras de la manada Luna Carmesí, y sonrío.
Mi plan ha resultado mejor de lo que esperaba. No entiendo cómo fue que esa mujer murió, pero eso me deja un problema menos.
—Alfa Killiam —digo—, tu destrucción está empezando.
Siento el vacío de la pérdida en mi interior. Ese vacío que nunca se va. Ese dolor que nunca mengua.
Esa rabia, ese odio, esa sed de venganza que se mantienen vivos en mí.
Mi mate, te vengaré.
—Mi amada luna —susurro—. Te haré justicia.
Acabaré con todo lo que tenga que ver con ese linaje. Destruiré al alfa Killiam. Me adueñaré de su reino y tomaré lo que siempre he anhelado.
Iré por ese tesoro que me hará invencible y dueño de este mundo, cuyas criaturas se postrarán ante mí.
Por lo menos tengo la llave; sin embargo, me falta la persona capaz de abrir la cueva. Pero la cazaré.
Me cruzo de brazos y disfruto de la vista caótica que se refleja a distancia.
Estoy tan cerca... solo necesito enco